Dicen que los economistas son los especialistas en explicar por qué las cosas son como son una vez han ocurrido. Ahora hay otra casta, formándose a expensas de la legitimación científica de la politica, que hacen lo mismo que los economistas, y que son los llamados evaluadores y evaluadoras. No nos extenderemos.
El otro día descubrimos en Polonia una nueva figura, el facilitador, el que se encarga de que los productos realizados tengan consistencia, homogeneidad y coherencia. El hallazgo fue revelador porque muestra dos cosas del traje del emperador, a saber, que muchos resultados de proyectos europeos no consiguen ser consistentes, homogéneos ni coherentes y, segundo, que para que los realmente responsables, coordinadores o expertos hagan las cosas bien, es preciso utilizar nuevas formas de tecnocracias burócratas.
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